sábado, 10 de diciembre de 2011

Simplemente soy como quiero ser.

 Me encanta levantarme y quedarme media hora mirando a la nada para luego vestirme corriendo y llegar tarde. Salto por los pasillos del colegio por el simple hecho de llamar la atención y que la gente se fije en mí y se ría. Me gusta hacerme la interesante con mi mejor amiga para luego decir tonterías que solo ella conoce. Me gusta ir por la calle y sonreír a todo aquel que me mira, y si estoy enfadada simplemente decir "idiota". Ponerme los cascos del mp4 cuando estoy sola en mi casa, cantar lo más alto que pueda y bailar mirándome al espejo para luego ver a mi padre mirándome con cara rara diciendo "estás loca". Me encanta comer pipas tijuana cuando veo la tele y cuando estoy sola creer que yo hago mi propia película. Me gusta el cola-cao solo por los grumitos, el pan con mantequilla solo por su olor, la pasta de dientes por ese frescor que me deja en la boca, el Listerine solo para hacer gárgaras. Me encanta mirarme al espejo y decir. "Que guapa soy" para que a los 2 minutos diga: "Joder no...Que asco doy". Me encanta ser impulsiva, unos días puedo darte mi vida entera y otra robarte la tuya. A veces te puedo decir te quiero y otras decirte que teodio. A veces te sonreire con ganas otras simplemente lo haré para parecer que estoy bien. Sí, soy celosa, la chica más celosa que existe, me enfadaré contigo y te diré que me dejes en paz pero solo te lo digo para que me digas: Sabes que eres única, que solo te quiero a ti. Me encanta que me cojan de la mano, sentir la respiración en mi cuello, que suba poco a poco hasta llegar a mi oído y que me digan: te quiero en un susurro.

Por ti.

Yo te quería, lo hubiera dado todo por ti. Yo era alguien concienciado, hacia todo pensando en un bien futuro, no dañaba a nadie ni a mi misma. Hasta que en un momento todo cambió. Cambié yo y cambió mi forma de pensar. En ese momento mi universo dejaste de ser tú y empezó a ser lo de debajo de tu ombligo. Deje de buscar tus abrazos y besos, cualesquiera me servirían para disfrutar. Justo ahí fue cuando deje de buscar tu mirada entre la de toda la gente. Pase de ser la más sana de todas a dejarme llevar por vasos llenos de alcohol. Solo buscaba evasión, volar lejos sin nada que me molestara. Tú dejaste de ser motivo para mis sonrisas y empecé a pensar en ti como uno más de la lista. Perdí respeto hacia las instituciones de poder y quise desgarrarme a mi misma o venderme a alguien que me aprovechara mejor. Todo fue extraño, el futuro dejo de importar. Yo que siempre había sido crédula ante las muestras de amor de otros me volví exceptica a lo sumo. Buscaba mil excusas para que ellos creyeran que no era para ellos, mas cuando les perdía me arrepentía. Que enrevesada me he vuelto, que poco comprensibles son mis actos ahora. Si me devoran y después se largan sin decir nada es mejor. Si me presionan y buscan algo más que lo inmediato, me echo para atrás. Me da miedo amar de nuevo. Me da terror volver a ser como antes, sufrí bastante, como la mayoría supongo, pero yo no lo supe llevar y me derrumbe para resurgir cubierta de esta indiferencia. Ahora no estoy segura de quererla perder, es como una droga que me ayuda a olvidar, es mi vaso de vodka y mi cigarrillo de nicotina. Es mi manera de poder decir que ya todo me da igual.

No soy una princesa.

Siento algo aquí. Pon la mano si quieres, estoy segura de que lo notarás. Podrás sentir que algo no funciona bien. Estoy estropeada, aunque no estoy segura de que un ser humano se pueda romper como un objeto. ¿Tú que crees? Bueno da igual no hace falta que lo digas. Esto te parecerá una chorrada, que te halla traído hasta aquí solo para preguntarte si crees que he dejado de funcionar bien. Estúpido lo sé, no te importa ya lo que me pase. Me miras y sientes indiferencia, te vuelves hielo. Frío, te noto así. Por eso te he traído para decirte que ya no puedo seguir, que ni tus miradas me hacen funcionar correctamente, así que te he traído aquí como despedida a pesar de que nunca se me dio bien desprenderme de las cosas. Por eso no pronunciaré esa palabra que tanto me aterra, solo te diré un par de cosas. Te haré saber que el verbo amar esta sobrevalorado y que el color rosa no es el de la felicidad. Estate enterado de que el catorce de febrero no existe y de que San Valentín son los padres. No espero que me lleves a París en ningún momento y realmente a ningún lado más lejos de esa curva que ves allí. Creo que queda claro lo esencial que te quería decir. El amor está bien para los cuentos, pero a mí los cuentos ya no me interesan. Así que como tu buscas a tu princesa perfecta con vestido y tacones y yo solo soy una chica en vaqueros y zapatillas sucias, creo que lo mejor es que ni me mires. Yo seguiré sonriendo si es que eso te pueda llegar a preocupar. Lo haré por que seguro que encuentro algún chico que busque algo como yo, un chico de pantalones y camiseta.

Junto a tí.

- Es que no lo entiendes.
+ ¿Qué no entiendo?
- Estás ganas de ser normal. Me gustaría serlo, parecerme un poco más a la gente. No ser siempre el bicho raro al que todos miran.
+ ¿Por qué esa maldita manía de ser normal?
Yo no quiero serlo. Piénsalo si tú yyo fuéramos normales nunca nos hubiéramos conocido.  no eres como las demás y yo no me parezco a ninguno que halla en la Tierra. ¿Crees qué sería lo mismo sino tuviéramos esas rarezas?
- Sigues sin entender. No ves lo difícil que es para mí.
+ Sí lo entiendo. Lo vivo día a día junto a ti.


¿Cuándo lo decidiste?

Me lo puedes decir, no me enfadaré y lo sabes. Lo que pasa es que me molesta que no me hallas tenido en cuenta a la hora de tomar la decisión. ¿No crees que es un poco egoísta por tu parte? Así de un día para otro decides que no te puedo saludar, que ni siquiera puedo dedicarte una sonrisa, ¿qué se te pasa por esa cabeza tuya? No lo entiendo, yo que hago el esfuerzo por olvidarlo todo y ser tu amiga o algo así, tú llegas y tomas una decisión absurda. ¿Por qué no podemos hacerlo? Vale que somos los dos complicados y nuestra historia nunca tuvo un principio de verdad, ni un argumento que se sostuviera y mucho menos poseyó una visión de futuro buena, pero porque si yo estaba dispuesta a empezar una historia nueva, sin sentimientos de por medio ni oportunidad de acabar dañada, tú ni siquiera eres capaz de mirarme cuando te hablo. No me entra en la cabeza, ¿no muerdo sabes? Creo que se te a olvidado o simplemente nunca lo aprendiste.
Ahora decides que no merezco ni siquiera decirte hola y preguntarte que tal te va, ¿se puede saber que ha pasado? Nunca llegué a entenderte del todo pero definitivamente ahora me he vuelto tonta porque no comprendo nada.

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿Sabes que persona es, no?

Porque me hiciste daño, porque hiciste temblar mi piel y zumbar de vértigo mis pies.
No fuiste el amor primero, ni quizás, tampoco, el más deseado, pero algo imprescindible.

Tampoco fuiste el que más me quiso, ni el que mejor me trato.
Tu recuerdo sigue intacto.
Tu ausencia marca los segundos en el tiempo y el oxígeno en el aire.
Quizás me alimenté de ti por mucho tiempo, o quizás nos devoramos vivos como fieras.
Jamás pensamos nunca en el invierno, pero el invierno llega aunque no quiera.
Sangraste mi piel con tus desgarradoras caricias, heriste a mi cuerpo con tus pocas ganas de querer.
Quizás eche de menos tus insultos, tus desprecios, tu mala manera de querer, la forma en la que me hiciste daño, la manera en la que me dabas la vida para después arrebatármela.
No supiste quererme y por eso con maleta en mano, te dije todo esto se ha acabado.
Quiero tus caricias porque aún existen, celebro tu ausencia aunque me rompa en pedazos.
Arráncame el alma, me duele pero ya me he acostumbrado.

Quiero tus caricias, porque sé que aún existen.

Porque me hiciste daño, porque hiciste temblar mi piel y zumbar de vértigo mis pies.
No fuiste el amor primero, ni quizás, tampoco, el más deseado, pero algo imprescindible.

Tampoco fuiste el que más me quiso, ni el que mejor me trato.
Tu recuerdo sigue intacto.
Tu ausencia marca los segundos en el tiempo y el oxígeno en el aire.
Quizás me alimenté de ti por mucho tiempo, o quizás nos devoramos vivos como fieras.
Jamás pensamos nunca en el invierno, pero el invierno llega aunque no quiera.
Sangraste mi piel con tus desgarradoras caricias, heriste a mi cuerpo con tus pocas ganas de querer.
Quizás eche de menos tus insultos, tus desprecios, tu mala manera de querer, la forma en la que me hiciste daño, la manera en la que me dabas la vida para después arrebatármela.
No supiste quererme y por eso con maleta en mano, te dije todo esto se ha acabado.
Quiero tus caricias porque aún existen, celebro tu ausencia aunque me rompa en pedazos.
Arráncame el alma, me duele pero ya me he acostumbrado.

Brindo por ti.

Y hoy brindo por tí. Por aquel chico que una vez me dedicó una canción, que más de una vez me robó algún beso, que me hizo de rabiar, que me besó de manera única, que me abrazó sin dejar que el aire se colara entre nuestros cuerpos. Sí, hoy brindo por ti.
El motivo por el que brindo está delante de tus ojos. Sí, mírame. Me perdiste. Una vez más me dejaste ir. Y esta vez he sido yo la que no se ha callado, la que no ha parado a pensar en las consecuencias, la que simplemente se cansó. Me cansé de luchar por algo qué, ni siquiera alguna vez existió, por algo que nunca debió avanzar tanto, por algo qué, simplemente me hizo más daño. Y sí, sabes mejor que nadie que soy bastante fuerte, pero esto me supera. Es algo raro, es algo bastante inusual en mí, y a pesar de qué juré no volver a caer, lo hice de nuevo. No me preguntes por qué. Lo sabes de sobra.
Y después de estas palabras, las próximas no tienen sentido. Si siento todo eso, ¿ por qué no puedo dejarte de lado? ¿Por qué espero aquí sentada a que vuelvas y me digas que te arrepientes, que quieres comenzar de cero? ¿Por qué no me voy definitivamente? ¿Tanto te quiero que no puedo ni siquiera odiarte por todo el daño que me has causado? Es ridículo. Estoy enamorada.